ATARDECER EN EL RÍO (POEMA)

AMANECIÓ EN EL MONTE
Y UN ROJO RESPLANDOR
TINTÓ EL PAISAJE AGRESTE
DE AQUEL AMADO TIEMPO
QUE EN EL RECUERDO PERMANECE
SE SENTÍA POR DOQUIER
LOS ALETEOS ALEGRES DE LAS AVES
QUE SE LEVANTABAN MUY TEMPRANO
AMANECIÉNDO CASI EL DÍA
SOBRE LA COPA DE VIEJOS ÁRBOLES
SE DIBUJABA LUMINOSA LA JORNADA
PARABA LA TORCACITA ALLÁ EN LO ALTO
LUEGO REMONTABA HACIA LOS TOTRALES
UN BULLICIO COMENZABA A REPICAR
Y EL MONTE ABRÍA SU PECHO
PARA ABSORVER EL AIRE MAÑANERO
EL TRAZO DEL ROJO SE HABÍA MEZCLADO
CON EL AÑIL Y EL DORADO PANAL
ENTONCES A LO LEJOS UN FUERTE GRITO
SE MEZCLABA CON EL CELESTE CIELO
Y EL TRABAJO DEL HOMBRE SE UNÍA
AL SURCO QUE ABRÍA EN LA TIERRA
CUANDO BAJABA LA SIMIENTE A ELLA
EL MEDIO DÍA ERA DESLUMBRANTE
Y EL SOL DORABA LOS RINCONES
LLEGANDO HASTA EL RÍO A REFRESCARSE
PERO AQUELLO HA SIDO UN SUEÑO
MAS UN MÁGICO Y EXTRAÑO SORTILEGIO
NOS DEPARA ANGUSTIANTE ESTA VIDA
AYER, PARECÍA INTERMINABLE LA ALEGRÍA
UN PROFUNDO DOLOR NOS ACOMETE
NO EXISTEN LOS MONTES QUE ANIDABAN
LOS PÁJAROS DE BRILLANTE TERCIOPELO
AGRESTES LOROS QUE VIAJABAN EN BANDADAS
HOY, SE LLENA DE TRISTEZA EL CORAZÓN
YA NO REMONTA LA TORCACITA AL TOTORAL
HOY, QUEDA EL MONTE EN EL RECUERDO
COMO UNA HISTORIA QUE PASÓ HACE TIEMPO
COMO UN EXTRAÑO Y MÁGICO SORTILEGIO.

(A MI TARTAGAL QUERIDO Y A LAS YUNGAS)
(2do. premio en el festival folclórico Tikuy Taky)