sábado, 25 de julio de 2015

El tiempo pasa y siempre recordamos nuestra infancia. Añorar es un deleite cuando se trata de recuerdos que tienen sabor a ternura vívida junto a aquellos seres que caminaban por la casa y que hoy aparecen como enlaces para recordar a los abuelos. Dice mi hermana Ana Fresia,que cuando nuestra abuela hacía las ricas albondigas con papas ella le daba vueltas por la cocina hasta que en un descuido asaltaba la olla para sacarle algún bocado de esas delicias.  La abuela la espiaba por la ventana y murmuraba sonriente _ esta niña es muy golosa y las albondigas le saben a manjar. Hija mía, eres muy traviesa, a ver si te comportas... Decía esto con un cariño muy grande. Hoy es un deleite recordar todo aquellos capítulos de nuestro feliz pasado. Y a mí me toca recordar aquello de cuando después de cenar comenzaba el abuelo a contar "cocillas" de su pueblo natal, aquellos chiquillos que paseaban por el río presumiendo a la mocitas y que ellas los corrían tirándoles piedrecillas para auyentarlos. También estaban la verdaderas historias del castillo de la reyna mora, en donde se tejían historias y que quedaron como leyendas... Me deleitaba todo aquello, pués yo me sentía feliz en las rodillas de mi abuelo Evaristo.

jueves, 23 de julio de 2015