jueves, 1 de diciembre de 2011

CREER, MÁS CREER

Eso de tener fe es una convicción muy acertada para calmar los nervios y para enviar los mejores pensamientos, que por supuesto dan con la meta hacia a donde deseamos llegar. Esta mañana me levanté y tomé la computadora por la orejas y le invité a que me ayudara para lograr cosas pendientes que cada mañana uno tiene. Claro está que tener la oficina en casa con estas dos máquinitas simpáticas que son la computadora y el teléfono, te hacen avanzar un poco más que tomando la calle para hacer trámites. Es ese momento me acordé de mi Niño Jesús que lo tengo en casa desde hace sesenta años y que en un momento dado se me ocurrió trasladarlo a un Convento, pero que al surgir un inconveniente volvió a casa y aquí está para compartir nuestra vida familiar nuevamente. Decía, me acordé de El y le pedí que me ayudara a que el día se coronara con éxito y encontrara a todo solución. En ese momento lo acuné en mi corazón y una voluntad enorme me rodeó, era la Fe que no se cansa de acudir al lado de quien la invita a pasar. Bueno, en el término de poco tiempo hice los contactos y todo se resolvió con satisfacción y bendición. A vos te parece? - me contestará alguien que no intentó nunca remontar su pensamiento y deseo hacia las energías azuladas y divinas, inténtalo alguna vez, ya es hora de que no te creas tan infalible, disculpas por decirlo, pero somos tan cabezones que nos creemos que somos capaces de abarcar y abarcar sin apoyos. Vos y yo nos hemos dado muchas veces con la pared, pero siempre hay tiempo de hacer algo nuevo y eficiente.

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