Buscando se encuentra, se encuentran las personas que tienen sentimientos similares, es decir esa energía que los hace sentir muy bien cuando alguien se distingue por pensar cosas que los lleva hacia un mismo camino. Sienten que es una alegría el compartir algo o mucho de la vida. Si no tuviésemos amigos, en donde se proyecta la familiaridad que muchas veces necesitamos, este sería un mundo oscuro y cruel. Uno siente por un amigo lo que podría haber sentido si hubiese tenido por ejemplo, un hijo. En otro caso por un padre o hermano. Así se dan los sentimientos más sutiles del alma y del corazón. Somos blanditos, a veces. Eso de blanditos me gusta, porque debemos guardar siempre en el corazón el impulso de ser útiles a los demás. No vivimos en una isla, el compartir nos
hace llegarnos hacia otro ser quien puede seguramente sentir el deseo de comunicarse con un igual.
Los amigos significan mucho, cuando son sinceros y auténticos nos proporcionan felicidad y confianza y eso se lo puede considerar un tesoro.
Los amigos hacen falta en todos los momentos de nuestra vida. Un perro también es un amigo maravilloso en esos momentos en que nos encontramos solos, ellos están ahí, junto a nosotros en el momento preciso en que los necesitamos, quizá contengan una lágrima, quizá se adhieran a nuestro momento de paz y nos acompañen con la ternura de sus miradas o con el movimiento que expresa su cola. La autentica amistad se funda en la entrega de dos seres que se acercan y se ayudan para sentirse felices.
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