domingo, 19 de junio de 2011

GRANDIOSA INTELIGENCIA

Esto de escribir es un oficio que perdura en la persona, porque se emociona cuando algo importante le rodea. Se destacan siempre las ganas de decir algo de alguien o de aquello que tiene importancia, generando de esa manera el deseo de hablar consigo mismo. No podemos ir de oído en oído comentando lo que se nos ocurre. Esto se parece un poco a la locura, pero a partir de estos impulsos se generaron los libros. Un Borges por ejemplo, entrega su pensamiento rico en expresiones poéticas, que llegan a traspasar las fronteras de nuestro país. Va más allá, sembrando semillas y pensamientos que son el reflejo de lo ignoto, de lo conocido, de la forma verbal con la que nos expresamos los argentinos, en esa manera como él sabía decirlo. Un escritor sin miedos para cantarle las cuarenta a quien se le pusiese delante, dentro siempre con la ética y el respeto. Borges se hace maestro eterno, porque hay mucho que aprender de sus escritos, frases que aparecen y que no se las puede olvidar, se trepa más allá de la muerte, porque pareciera que la tenía pegada a su lado, digo por las tristezas acopiadas en el conjunto sabio de sus obras. Fue tan fuerte el deseo de sumar palabras y tan magistral la luz y la tristeza de sus ojos, que en un momento, no se cuando, comenzó a borrarse el destello de su mirada, para dar lugar a la aparición de nostangiosas parábolas en medio de la oscuridad eterna que lo rodeaba, esa oscuridad que solamente era física, porque su espíritu conservaba permanentemente la fuerza lumínica del genio que florecía adornado con la más grandiosa inteligencia. Un genio que quedó prendido en el cielo de la sabiduría.

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